La casa Lis es un palacete modernista de Salamanca enclavado sobre la antigua muralla de la ciudad mandado construir por D. Miguel de Lis (1855-1909). El encargado de llevar a cabo este proyecto fue Joaquín de Vargas y Aguirre (1857- 1935), natural de Jerez de la Frontera, que
desembarcó en Salamanca para ocupar la plaza de arquitecto provincial. Don Miguel de Lis era propietario de una fábrica de curtidos que había heredado de su padre y que adaptó a los nuevos sistemas de producción en la última década del siglo XIX. Este próspero negocio le facilitó una desahogada posición económica, de modo que D. Miguel
es, en la época en que construye su nuevo palacio urbano, uno de los cien mayores contribuyentes de Salamanca. Definido como una persona hábil para los negocios y trabajador infatigable, su carácter “moderno” se puede apreciar en la concepción de su nueva vivienda. Las características del solar sobre el que se edificó la Casa Lis (irregular,
enclavado sobre una muralla y con un fuerte desnivel en su lado sur) hubiesen podido ser limitaciones en un primer momento, si bien son resueltas por Joaquín de Vargas de forma magistral. Vargas organiza toda la vivienda en torno a un patio interior que sirve para distribuir las estancias y diseña una fachada construida con hierro y vidrio
siguiendo los preceptos de la arquitectura industrial. Para salvar el desnivel existente hasta llegar al actual paseo del Rector Esperabé, idea una escalera que permite crear unas terrazas ajardinadas y una gruta cubierta de rocalla que aligera el conjunto. El resultado es uno de los pocos ejemplos de arquitectura industrial empleada para uso
Pero la Casa Lis reserva una sorpresa más: su fachada norte es uno de los pocos ejemplos de arquitectura modernista que podemos encontrar
en Salamanca. Construida en piedra y ladrillo, destaca su puerta de acceso y el movimiento orgánico de las verjas de hierro de una deliciosa delicadeza Art Nouveau. La construcción de la Casa Lis debió de ser rápida, en 1905 se reconstruye la fachada norte y en 1906 se inaugura la vivienda. En el interior, la casa contaba con habitaciones para el
verano y para el invierno, las primeras en la planta baja y las segundas, en el principal. Entre otras dependencias contaba con despacho, comedores, oratorio, sala de baños con agua fría y caliente, varios salones e invernadero. La vivienda se iluminaba con luz eléctrica y la decoración era de gusto modernista con vidrieras artísticas en la
En las Exposiciones Universales celebradas en torno al año 1900 se configuró una nueva forma de entender el arte y la vida, al movimiento se le denominó «arte nuevo» con sus distintas denominaciones nacionales. Así en España se denominó como
Modernismo, en Francia Art Nouveau, en Austria Sezessión Vienesa (Secesión de Viena), en Italia Liberty o en Alemania Jugendstil.
Miguel de Lis, industrial del curtido en Salamanca, viajaba con frecuencia por Europa y tuvo ocasión de conocer estos cambios artísticos. A su vez, Joaquín de Vargas, arquitecto jerezano afincado en
Salamanca, conocía el trabajo de los arquitectos modernistas belgas. Del interés de don Miguel y de la disposición de Joaquín de Vargas, arquitecto que a su vez diseñó el Mercado de Abastos, comienza a construirse, a finales del siglo XIX, la casa Lis desde la parte sur hasta el remate final, en 1905, de la fachada norte. La fachada norte, el
acceso por la calle Gibraltar, es la única muestra de modernismo en la ciudad de Salamanca. El conjunto, formado por fachada de dos cuerpos, patio y verja, es de gran sencillez. La primera planta y las verjas están decoradas según las influencias del Art Nouveau belga mientras que la puerta de madera, en un arco bajo, posee motivos
de la época, tanto en la fachada sur como en el patio central, con matices expresivos aporta un diseño innovador que supera a la función estructural. Ejemplificado en los calados de las enjutas de los arcos del pórtico, en los herrajes de los miradores o en las finas columnas de fundición del taller de Moneo. El patio central consta de galerías
adinteladas apoyadas en columnas de fundición. En el piso inferior destaca la decoración modernista de los estucos de puertas y frisos corridos. En el piso superior de la galería destaca la decoración de los herrajes y la representación de la flor de lis, en honor al apellido de su promotor.
Si bien la concepción inicial del patio, usado el edificio como vivienda familiar, era un patio abierto, en la actualidad este permanece cerrado con una vidriera emplomada realizada por el artista catalán Juan Villaplana según diseño de Manuel Ramos Andrade. En la vidriera prima la utilización de una amplia gama de colores con los que representar el cielo, las nubes, la luna o las estrellas.
La casa Lis, hoy, posee otras vidrieras en ventanas, en las galerías de
la fachada sur, o en el lucernario de la escalera central que dan al edificio una riqueza cromática aún más atrayente y auténtica para su época. En definitiva, las vidrieras son hoy un conjunto más de piezas de arte en el Museo de Art Nouveau y Art Déco.
Actualmente el edificio es la sede del Museo Art Nouveau y Art Déco y
en sus salones y dependencias se exhibe una parte de los fondos donados por D. Manuel Ramos Andrade (1944-1998), anticuario y coleccionista que vio cómo en 1995 la Casa Lis, con un recuperado esplendor, abría de nuevo sus puertas, ésta vez para exponer sus colecciones únicas en España. En la actualidad, una gran vidriera
emplomada, realizada por el taller Villaplana siguiendo diseños de D. Manuel Ramos Andrade, cubre el patio central. Las claraboyas y cerramientos elaborados en el mismo taller han recuperado las vidrieras artísticas que ya engalanaban la vivienda de D. Miguel de Lis en 1906 y la fachada sur, de un delicioso cromatismo, se ha convertido en una de las imágenes más representativas de Salamanca.
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