Guimerà

Guimerà, villa situada en la comarca del Urgell - Tierras de Lleida,  (España) a 555 metros de altitud, con una población de 361 habitantes. El pueblo fue declarado en el año 1975 Bien Cultural de Interés Nacional como una agrupación de viviendas y edificios

singulares. Es una villa medieval con una fisonomía única: un laberinto de calles trepan hacia la iglesia y el castillo, creando un original juego de formas arquitectónicas que podrían hacer pensar en rincones de la plena Edad Media. Perderse por las calles del pueblo, subir hasta arriba y contemplar la panorámica del valle del río Corb desde la torre es un descubrimiento sorprendente.

Interesante por su conjunto. Dejarse perder en un paseo sin prisas por sus calles, portales, plazuelas y rincones hace revivir tiempos lejanos. Las casas de piedra, con sus detalles y elementos decorativos de puertas, ventanas y arcadas, son un entretenimiento enriquecedor. Las calles son estrechas y la luz que cae sobre ellas dibuja las sombras con fuertes contrastes.

Entre los restos del castillo se alza una torre cilíndrica, que domina el valle y marca desde lejos la presencia del pueblo (ss. X-XI). En el año 1985 fue declarado Bien Cultural de Interés Nacional.

Sobre una gran roca se alza la iglesia, que se construyó entre los ss. XI y XII. Iniciada en un momento de crecimiento de la villa por el señor Guerau Alemany de Cervelló y su esposa, Geralda de Rocabertí. Sus

escudos están aún en la portada, decorada con elementos góticos y esculpidos en los capiteles de acceso.

Si vamos bajando por las calles irregulares, llegamos hasta la plaza Mayor, donde hay un conjunto de casas antiguas con una curiosa calle elevada a un lado de la plaza.

El término de Guimerà está bastante vinculado a la orden del Cister mediante el Santuario de la Bovera, a 2 km del núcleo urbano y situado sobre una loma desde donde se divisa el paisaje de la

comarca. Al lado de la ermita actual hay parte de un claustro románico, del s. XII, del monasterio femenino cisterciense de la Bovera, filial del de Vallbona de les Monges, fundado hacia el año 1176.

Al pie de la carretera, poco antes de llegar a Guimerà, hay las ruinas de la iglesia gótica, con grandes ventanales, de este monasterio comenzado hacia 1235. Mantuvo su vitalidad hasta el s. XV y en 1589 las monjas, ya pocas, se marcharon. Junto con el monasterio del Pedregal (cerca de Tàrrega) y el de Vallbona de les Monges, el convento de Vallsanta formaba la tríada de monasterios cistercienses de la comarca.