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viernes, 15 de septiembre de 2023

Zamora

Sobresale su conjunto de edificios románicos, formado por los 23 templos del término municipal y las 14 iglesias del casco histórico, datos que sitúan a Zamora como la ciudad de mayor número y calidad de templos románicos de Europa, habiéndose solicitado su
declaración como Patrimonio Europeo. Este patrimonio románico consta, además de la catedral (que presenta un cimborrio con decoración exterior de escamas), de otras veinticuatro iglesias, un castillo, murallas, un puente, dos palacios y nueve casas, razón por la
cual Zamora está considerada "la ciudad del Románico". Un total de quince templos están declarados Bien de Interés Cultural, incluidos algunos de estilos posteriores. Por otro lado, es asimismo significativo su conjunto de edificios modernistas (diecinueve en
total) el único de la España interior junto con el de Teruel. El núcleo principal del casco urbano –con una disposición muy alargada y en buena parte rodeado por murallas– se alza sobre una amplia meseta rocosa (la "peña tajada" de la que habla el Romancero Viejo) de 26 a
32 metros de altura, emplazada al borde del río Duero, que la ciñe por el sur, características que le valieron el sobrenombre de "la bien cercada". La altitud es de 652,6 msnm. La ciudad fue fundada a inicios de la Edad del Bronce, siendo posteriormente ocupada
durante la Edad de Hierro por el pueblo celta de los vacceos, que la denominaron Ocalam. El asentamiento inicial se produjo en la almendra delimitada por el Castillo y la costanilla de San Ildefonso, un emplazamiento estratégico al tratarse de una meseta rocosa
defendida por el río Duero, en la que se ubicó un castro. El poblamiento se mantuvo durante el Imperio romano. De hecho, con frecuencia se la ha identificado con la importante mansio y civitas de "Ocelo Durii" (Ojo del Duero). Según algunos tal población
correspondería en realidad con la actual Villalazán, doce kilómetros al este, también a orillas del Duero, y por la que transcurría la Vía de la Plata. Según otros estudiosos, en cambio, sí que se asentaría en Zamora capital. A pesar de que hasta ahora no hayan aparecido en la
ciudad restos arqueológicos de entidad correspondientes a este periodo (lo que no descarta posibles sorpresas futuras si se hicieran más excavaciones, como ocurrió recientemente con el destacado yacimiento de cerámica musulmana hallado en el solar en el que se
ubica la sede del Consejo Consultivo de Castilla y León), la toponimia sería un argumento en favor de la capital zamorana, ya que "Okelo Duri" originalmente significaba peñasco prominente (las Peñas de Santa Marta) y por otra parte en la orilla opuesta del río se
sitúa el barrio de San Frontis, nombre de origen romano, "sub frontis pontis", por debajo del puente. Precisamente a esa altura del cauce estuvo en pie hasta 1310 el Puente Viejo o de Olivares, del que aún existen algunos restos visibles. Además existe un mapa tardorromano
en el que aparece el término "Okelo Duri" que se correspondería con Zamora. La primera referencia documental que se tiene de la ciudad aparece en el Parrochiale Suevum del año 569, en las que se la cita con el nombre de "Senimure", incluida en la diócesis de Asturica,
perteneciente al Reino Suevo. Así aparece también en unas acuñaciones de monedas de Sisebuto en el siglo posterior. Los nombres árabes de la ciudad fueron "Azemur" (olivar silvestre) y "Semurah" (ciudad de las turquesas. Durante la Edad Media, Zamora
volvió a ser tomada y destruida por los musulmanes al mando del emir Mohamed y después reconquistada por los cristianos en el reinado del rey Alfonso II de Asturias, el Casto, siendo de nuevo fortificada. El rey Alfonso III de Asturias, el Magno la repobló con
mozárabes toledanos en 893, rodeándola de murallas y dotándola incluso de palacios y baños, convirtiéndose, por su emplazamiento y características, en la ciudad fortaleza más importante de los reinos cristianos. La repoblación de la ciudad de Zamora fue descrita por
Isa ibn Ahmad al-Razi de la siguiente forma: "dirigiose Alfonso hijo de Ordoño, rey de Galicia, a la ciudad de Zamora, la despoblada, y la construyó y la urbanizó, y la fortificó y pobló con cristianos, y restauró todos sus contornos. Sus constructores eran gente de Toledo,
y sus defensas fueron erigidas a costa de un hombre agemí de entre ellos. Así, pues, desde aquel momento comenzó a florecer la ciudad, y sus poblados se fueron uniendo unos a otros, y las gentes de la frontera fueron a tomar sitio en ella. El periodo comprendido entre
los siglos X y XIII es el de mayor relevancia de Zamora dentro del contexto hispánico. La batalla de Simancas (939) dio a Ramiro II de León el control de los valles del Duero y del Tormes, convirtiéndose la capital zamorana (por su posición y su ventajoso emplazamiento,
en lo alto de una meseta rocosa al borde del río) en una de las principales plazas fuertes que aseguraban la frontera. Su importancia fue decayendo sin embargo a partir de la batalla de las Navas de Tolosa (1212), que abrió el sur peninsular a los reinos cristianos,
perdiendo con ello Zamora su trascendencia estratégica. Zamora fue una de las plazas más importantes del Reino de León, del que formó parte. Además inició la etapa de mayor esplendor político, económico y arquitectónico. El paulatino desplazamiento de la frontera hacia el sur, del Duero al Tormes, favoreció este progreso, solo quebrado por las aceifas de Almanzor. Muhammad ibn 'Abd-Allah ibn Abū 'Āmir (en árabe محمد بن عبد أبو عامر ), llamado Al-Mansūr (المنصور) (españolizado Almanzor), el Victorioso, lanzó en 981 un primer ataque contra la ciudad, que fue arrasada. En 986 rompió hostilidades con el rey Bermudo II, atacando Coímbra al año siguiente (dejándola de tal manera que durante siete años estuvo desierta) y dirigiéndose contra el propio
León en 988, destruyendo todo lo que encontraba a su paso. Bermudo se refugió en Zamora pero nada pudo contener el avance enemigo. León, después de resistir cuatro días, fue asaltado, saqueado, incendiado y sus murallas destruidas, Zamora capituló y Bermudo hubo de huir a Galicia. En 997 Zamora volvió a sufrir la
acción del musulmán, pues en su camino hacia Santiago de Compostela arrasó de nuevo la ciudad, además de León y Astorga. "Zamora la bien cercada" la llamó Fernando I de León, el Magno. Este monarca la reconstruyó en 1055, la repobló con montañeses y amuralló nuevamente, para cedérsela luego a su hija Doña Urraca. Fotos bajadas de Internet, si los autores no desean que estén en este espacio les ruego me lo hagan saber y serán retiradas de inmediato. Gracias.



viernes, 1 de septiembre de 2023

Toledo

 

Toledo es un municipio y ciudad española, capital de la provincia homónima, en la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha. Con una población de 85 449 habitantes (INE 2021), se trata del tercer municipio más poblado de la región. El casco 

histórico está situado en la margen derecha del Tajo, en una colina rodeada por un pronunciado meandro. El término municipal incluye dos barrios muy separados del núcleo principal: el de Azucaica, en la orilla derecha del río, y el de 
Santa María de Benquerencia, situado prácticamente enfrente del anterior en la margen izquierda. La ciudad fue un importante centro carpetano hasta la conquista romana en 193 a. C. Tras las invasiones germánicas, Toledo 

se convertiría en capital y, posteriormente, principal sede eclesiástica del Reino visigodo. En el año 711, Toledo fue conquistada por los musulmanes, cuyo dominio finalizó con la toma de la ciudad en 1085 por Alfonso VI. Es conocida como «la
ciudad imperial» por haber sido la sede principal de la corte de Carlos I y también como «la ciudad de las tres culturas»,​ por haber estado poblada durante siglos por cristianos, judíos y musulmanes. En el siglo xvi tuvieron lugar la 
  guerra de las Comunidades de Castilla y el traslado en 1561 de la corte a Madrid, tras el cual la ciudad entró en decadencia, acentuada por la crisis económica del momento. Ya en época contemporánea, se recuerda el asedio y defensa del 

alcázar durante la guerra civil. En 1983 Toledo pasó a ser sede de las Cortes regionales y de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y en 1986 su casco histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad.

 El primer asentamiento fijo que se conoce en la ciudad de Toledo es una serie de castros, sobre los que después se levantó la ciudad carpetana amurallada, uno de los más importantes centros de los carpetanos. Entre los primeros asentamientos 


conocidos en la zona se encuentra el cerro del Bu, ubicado en la orilla izquierda del río Tajo, un yacimiento que cuenta con diversas etapas superpuestas, una de ellas datada en la Edad del Bronce.
En el año 193 a. C. y tras una gran resistencia,
 Marco Fulvio Nobilior conquistó la ciudad. Los romanos la reconstruyeron y la denominaron Toletum, en la provincia de Carpetania. La ciudad desarrolló una importante industria del hierro que la llevó a acuñar moneda.
 La zona donde se asentaba la ciudad sufrió un profundo proceso de romanización, como atestiguan los numerosos restos de villas romanas, especialmente en la ribera del Tajo. Los romanos dejaron numerosos vestigios en la faz toledana, como un imponente acueducto, del que únicamente se conservan las bases a ambos lados del Tajo, una vía romana, 

parte de la cual se puede ver en las laderas de los cerros de la margen izquierda del río, y un circo, ubicado en un parque público y parcialmente desenterrado. Existen otros muchos vestigios que, pese a estar dados por desaparecidos en muchos casos, es muy probable que se encuentren en el subsuelo de la urbe, tales como el teatro (ubicado en el solar 

inmediato al circo y que actualmente ocupa un colegio), el anfiteatro (bajo el barrio de Covachuelas), una importante infraestructura hidráulica (como los vestigios que quedan al lado de la puerta donde se accede a la mezquita del Cristo de la Luz), numerosas calzadas (como las recientemente encontradas a siete metros aproximadamente de profundidad bajo el 
jardín de la Mezquita anteriormente mencionada), así como termas, aliviaderos y villas. Hay que destacar que la mayor parte de estas construcciones históricas fueran desmontadas, siendo los sillares aprovechados para la construcción de otros edificios y para la muralla que rodea la ciudad, si bien, posiblemente la mayor riqueza arqueológica de Toledo se encuentre enterrada bajo su subsuelo.
Fotos bajadas de Internet, si los autores no desean que estén en este espacio les ruego me lo hagan saber y serán retiradas de inmediato. Gracias. 




viernes, 30 de junio de 2023

¡Felices vacaciones!


 Queridos amigos os deseo lo mejor para estas vacaciones. Gracias por estar a mi lado un año más con vuestras visitas, que me animan a seguir. Nos visitamos de nuevo en septiembre. Besos para todos.

jueves, 15 de junio de 2023

Viniegra de Abajo

 

Viniegra de Abajo es una localidad integrante de las 7 Villas, y se encuentra en la Comunidad Autónoma de La Rioja (España).

Viniegra de Abajo se encuentra entre el Camero Nuevo y la sierra de la Demanda, en lo que se conoce como la comarca del Alto Najerilla.
Está a 881 metros de altura sobre el nivel del mar, y dista 74 km de Logroño y 50 de Nájera. Por Viniegra pasa el río Urbión, que nace en
los Picos de Urbión, ubicados dentro del término municipal. El hallazgo de tumbas y de una estela visigótica, encontrada hace pocos
años en el recinto urbano del pueblo, apuntan a la existencia de asentamientos visigóticos y testimonian la antigüedad de la
fundación de la villa. Parece ser, que Viniegra fue la ciudad de Lutia. Fue allí donde Retógenes el Caraunio, reclutó a 400 jóvenes para
luchar contra Escipión, durante el asedio de Numancia. Fue en el pico de la Traición, donde fueron entregados y les cortaron la mano
derecha, logrando así asestar dos golpes a sus habitantes: el primero físico, dejando inútil a la población trabajadora, y el segundo moral,
impidiendo a los guerreros morir honorablemente en el campo de batalla puesto que no podían empuñar armas. Con el nombre de
Viniegra de Yuso, aparecía incluida en la relación de 44 pueblos que integraban el Señorío de Cameros, donado en el años 1366 por
Enrique de Tratámara al caballero Juan Ramírez de Arellano, por su apoyo en la lucha contra Pedro I el Cruel. Desde entonces perteneció
al señorío de los condes de Aguilar e Inestrillas, herederos del dominio de Cameros, según aparece constatado en el Catastro del
Marqués de la Ensenada. Su larga tradición trashumante rememora épocas de esplendor en los siglos XVI y siguientes. También posee
explotaciones forestales en choperas, pinares, encinares y restos degradados del robledal autóctono. Las truchas de sus cotos dan
merecida fama a las carcavas por las que fluyen sus ríos, el Najerilla, el Urbión y afluentes. La caza del jabalí y corzo junto con los pasos
de paloma le dan otro aliciente adicional a Viniegra para los aficionados al deporte cinegético. La agricultura se basa
exclusivamente en las huertas para consumo propio que se cultivan en los alrededores del pueblo. Fotos bajadas de Internet, si los
autores no desean que estén en este espacio, les ruego me lo hagan saber y seran retiradas de inmediato, gracias.