El palacio de la Aljafería es un palacio fortificado construido en Zaragoza en la segunda mitad del siglo XI por iniciativa de al-Muqtadir como residencia de los reyes hudíes de Saraqusta. Este palacio de recreo (llamado entonces «Qasr al-Surur» o palacio de la Alegría) refleja el esplendor alcanzado por el reino taifa en el periodo de su máximo apogeo político y cultural.
Su importancia radica en que es el único testimonio conservado de un gran edificio de la arquitectura islámica hispana de la época de las taifas. De modo que, si se conserva un magnífico ejemplo del Califato de Córdoba, su mezquita (siglo X), y otro del canto de cisne de la cultura islámica en al-Ándalus, del siglo XIV, la Alhambra de Granada, se debe incluir en la tríada de la arquitectura hispanomusulmana el palacio de la Aljafería de Zaragoza
Tras la reconquista de Zaragoza en 1118 por Alfonso I el Batallador pasó a ser residencia de los reyes cristianos de Aragón, con lo que la Aljafería se convirtió en el principal foco difusor del mudéjar aragonés. Fue utilizada como residencia regia por Pedro IV el Ceremonioso (1319-1387)
y posteriormente, en la planta principal, se llevó a cabo la reforma que convirtió estas estancias en palacio de los Reyes Católicos en 1492. La construcción del palacio —en su mayor parte realizada entre 1065 y 1081— fue ordenada por Abú Ya'far Ahmad ibn Sulaymán al-Muqtadir Billah, conocido por su título honorífico de Al-Muqtadir, (El poderoso), segundo monarca de la dinastía de los Banu Hud, como símbolo del poder alcanzado por la Taifa de Zaragoza en la segunda mitad del siglo XI.
La disposición general del conjunto del palacio adopta el arquetipo de los castillos omeyas del desierto de Siria y Jordania de la primera mitad del siglo VIII, (como el de Qasr al-Hayr al-Sharqi Qusair Mushatta, Jirbat al-Mafyar y, ya de la primera etapa abbasí, el castillo de Ujaydir) que eran de planta cuadrada y torreones ultrasemicirculares en los paños, con un espacio central
tripartito, que deja tres espacios rectangulares de los que el central aloja un patio con albercas y, en los extremos septentrional y meridional del mismo, los salones palaciegos y las dependencias de la vida cotidiana.
En los extremos norte y sur se sitúan los pórticos y dependencias de habitación, y en el caso de la Aljafería, el más importante de estos sectores es el norte, que en origen estaba dotado de una segunda planta y poseía
mayor profundidad, además de ser antecedido por un testero de columnas abierto y profusamente decorado, que se extendía en dos brazos mediante dos pabellones a sus flancos y que servía de pórtico teatral al salón del trono (el salón dorado de los versos de Al-Muqtadir) situado al fondo. Se producía con ello un juego de alturas y de diversos volúmenes cúbicos que comenzaban por los corredores perpendiculares de los extremos, se resaltaba
con la presencia de la altura de la segunda planta y finalizaba con la torre del trovador que ofrecía su volumen al fondo a la mirada de un espectador situado en el patio. Todo ello, reflejado además en el aljibe, realzaba la zona regia, lo que se corrobora por la presencia en el extremo oriental del testero norte de una pequeña mezquita privada con mihrab. Los diversos avatares sufridos por la Aljafería, han hecho desaparecer de esta disposición del
siglo XI gran parte de los estucos que componían la decoración y, con la construcción del palacio de los Reyes Católicos en 1492, toda la segunda planta, que rompió los remates de los arcos taifales. En la restauración actual, se observan en color más oscuro los atauriques originales y en acabados blancos y lisos la reconstrucción de enlucido de la decoración los arcos, cuya estructura, eso sí, permanece indemne. En el testero norte se edifica el
conjunto más importante de dependencias del palacio de época hudí, pues incluye el Salón del Trono o Salón Dorado y la pequeña mezquita privada, situada en el costado oriental del pórtico de acceso que sirve de antesala al oratorio. En su interior aloja un mihrab en el ángulo suroriental, cuyo nicho, por tanto, se orienta en dirección a la Meca, como ocurre en todas las mezquitas excepto en la de Córdoba. En dos de estos relieves caligráficos puede encontrarse el nombre de Al-Muqtadir, por lo que se ha
datado la construcción del palacio, al menos en una primera fase, entre 1065 y 1080. Uno de ellos dice textualmente «Esto [=la Aljafería] lo mandó hacer Ahmed al-Muqtadir Billáh». Los techos, alfarjes en madera, reproducían el firmamento, y todo el salón era una imagen del cosmos, cuajada de símbolos del poder que sobre el universo celeste ejercía el monarca de Zaragoza.
Ya en el interior del oratorio hay un espacio reducido de
planta cuadrada pero con esquinas achaflanadas, que lo convierte en una falsa planta octogonal. En el sector sureste, orientado hacia la Meca, se sitúa el nicho del mihrab. El frontal del mihrab se conforma mediante un arco de herradura muy tradicional, de formas cordobesas y rosca de dovelas alternadas, unas decoradas con relieves vegetales y otras lisas (aunque en origen estuvieron adornadas con decoración pictórica), que recuerdan la
rosca del mihrab de la Mezquita de Córdoba, si bien lo que allí fueron materiales ricos (azulejería de mosaicos al estilo bizantino), en Zaragoza -con menos fasto y presupuesto que la Córdoba califal- son estucos en yeso y policromía típica del alarifazgo morisco, decoración que se ha perdido casi en su totalidad en el Palacio. La arcada que se contempla mirando hacia el pórtico sur está restaurada mediante el vaciado de los arcos originales que están
Este rey amplió las dependencias palaciegas en 1336 y mandó construir la iglesia de San Martín en el patio de ingreso al alcázar. En esta época está documentado el uso de la Aljafería como lugar de partida del recorrido que llevaba a la Seo, donde los monarcas aragoneses eran solemnemente coronados y juraban los fueros.
Más complejo y difícil de describir es la magnificencia y suntuosidad del techo que cubre el Salón del Trono. Sus
dimensiones son muy considerables (20 metros de longitud por 8 de anchura) y su artesonado está sustentado por gruesas vigas y traviesas que se decoran con lacerías que en las intersecciones forman estrellas de ocho puntas, al tiempo que generan treinta grandes y profundos casetones cuadrados. En el interior de estos casetones se inscriben octógonos con un florón central de hojarasca
rizada que rematan en grandes piñas colgantes que simbolizan la fertilidad y la inmortalidad. Este techo se reflejaba en el suelo, que reproduce los treinta cuadrados con sus respectivos octógonos inscritos. Bajo el artesonado discurre una airosa galería de arcos conopiales transitable y con antepechos calados desde la que los invitados podían contemplar las ceremonias regias. Para terminar, toda esta estructura se apoya en un arrocabe
con molduras en nacela labradas con temas vegetales y zoomorfos (cardina, pámpanos, frutos de vid, dragones alados, animales fantásticos...), y, en el friso que rodea todo el perímetro del salón, aparece una leyenda de caligrafía gótica que reza: Fernando, rey de las Españas, Sicilia, Córcega y Baleares, el mejor de los príncipes, prudente, valeroso, piadoso, constante, justo, feliz, e Isabel, reina, superior a toda
mujer por su piedad y grandeza de espíritu, insignes esposos victoriosísimos con la ayuda de Cristo, tras liberar Andalucía de moros, expulsado el antiguo y fiero enemigo, ordenaron construir esta obra el año de la Salvación de 1492. A comienzos de 1486 la zona del Patio de San Martín se destina a sede del Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición y se habilitan dependencias aledañas al patio para alojar a los oficiales de este
organismo. Es probable que sea este el origen del uso como prisión de la Torre del Trovador.
La nueva función (que se prolongaría hasta los años iniciales del siglo XVIII) desencadenó un suceso que culminaría con un proyecto de reforma emprendido bajo el mandato de Felipe II por el que se convertiría de aquí en adelante en una base militar. En 1591, en los acontecimientos conocidos como Alteraciones de
Zaragoza, el perseguido secretario del rey Felipe II, Antonio Pérez se acogió al Privilegio de Manifestación contemplado por el fuero de Aragón con el fin de eludir a las tropas imperiales. Sin embargo, el Tribunal de la Inquisición tenía jurisdicción sobre todos los fueros de los reinos, y, por esa causa, fue recluido en calabozos de la sede inquisitorial de la Aljafería, lo que provocó un levantamiento del pueblo ante lo que consideraron una
violación del derecho foral, y acudieron al asalto de la Aljafería para rescatarlo. Tras la contundente actuación del ejército real, la revuelta fue sofocada, y Felipe II decidió consolidar la Aljafería como una ciudadela fortificada bajo su autoridad en prevención de revueltas similares. Pero la transformación decisiva como acuartelamiento se produjo en 1772 por iniciativa de Carlos III, en la que se remodelaron todas las fachadas al
modo en que se presenta actualmente la occidental, y que convirtió los espacios interiores en dependencias para los soldados y oficiales que se alojaban en el edificio. En el tercio oeste del palacio se configuró un amplio patio de armas al que vierten las habitaciones de las distintas compañías, realizadas con sencillez y funcionalidad, siguiendo el espíritu racionalista de la segunda mitad del XVIII y el fin práctico a que se destinaron las zonas
construidas entonces. Solo quedó pendiente la adición en 1862 de cuatro torreones neogóticos, de los que han llegado a nuestros días los situados en la esquina noroccidental y suroccidental. Fue precisamente a mediados del siglo XIX cuando Mariano Nougués Secall dio la voz de alarma por el deterioro que presentaban los restos andalusíes y mudéjares del palacio en su informe de 1845 titulado
Descripción e historia del castillo de la Aljafería, un riguroso estudio en el que se instaba a preservar este valioso conjunto histórico-artístico. Incluso la reina Isabel II aportó fondos para la restauración, y se creó una comisión en 1848 para emprenderla; pero en 1862 la Aljafería pasó de propiedad del Patrimonio Real a manos del Ministerio de la Guerra, lo que abortó su restauración y agravaría los daños producidos.
El deterioro continuó hasta que en 1947 el arquitecto Francisco Íñiguez Almech emprendiera, prácticamente en solitario, la tarea de su restauración integral, en la que estuvo ocupado hasta su muerte en 1982.
Fotos bajadas de Internet, si los propietarios no desean que estén en este espacio les ruego me lo hagan saber y serán retiradas de inmediato.
Núnca se podrá agradecer a los islamistas las joyas arquitectónicas que dejaron en nuestra patria.Documentada y didáctica entrada.
ResponderEliminarBesos.
Hola Juan! Tienes razón, lástima que algunas cosas se perdieran, aún así es una preciosidad.
EliminarBuenas noches y feliz semana.
Un abrazo.
Esplendor que nada tiene que envidiar a Córdoba. Una maravilla que debemos disfrutar.
ResponderEliminarGracias por compartir. Un abrazo
Este palacio no lo he visto todavía a pesar de haber estado varias veces en Zaragoza a ver si en la próxima puedo, la mezquita de Córdoba si la he visitado. Gracias por pasar.
EliminarBesos.
No puedo ni llegar a imaginar las miles de horas pasadas por los artesanos en su labor.
ResponderEliminarImpresionante
Salut
Ufff Miquel, y menos en aquellos tiempos.
EliminarSaluditos.
Es una preciosidad "el sitio de Abú Jafar". Siempre que voy a Zaragoza es visita obligada. Y siempre miro a ver si el ave del paraíso sigue allí, como la rana de la universidad de Salamanca.
ResponderEliminarUn saludo.
Hola Agnes!! Te doy la bienvenida a mi espacio, pasate siempre que quieras tienes la puerta abierta.
ResponderEliminarSaludos.
En nuestro país tenemos construcciones muy hermosas Cayetano, yo aun no he visitado este palacio y tendré que ir también a Salamanca para ver su universidad y la rana.
ResponderEliminarSaluditos.
Muy bello lugar
ResponderEliminartoda una expedición lleno de detalles
Me gustó esos arcos como si estuvieran bordados a mano, con encajes.
Muy lindas tus fotos
y la historia que queda grabada en esa dedicación especial que hacían los constructores de antaño y que ahora son verdaderas reliquias de un pasado imponente
un gran recorrido.
Te dejo un abrazo.
Hola Meulen!! Ojalá se sigan conservando estas joyas para que nuestros descendientes siga disfrutando de ellas. Gracias por comentar.
EliminarUn abrazo.
Que maravilla de fotos. Un lindo paseo al leerte. Saludos.
ResponderEliminarGracias por venir a pasear por esta joya Sandra.
EliminarBesos
Hace unos años tuve la oportunidad de visitarlo y me sorprendió su magnificencia. Tu entrada me ha permitido no solo recordarlo sino observar detalles que no logré visualizar en directo y, además, nos has ilustrado estupendamente sobre su historia, cosa que solo conocía muy por encima.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me alegra que hayas descubierto algún detalle más de esta magnífica construcción. Gracias Josep por pasar.
EliminarAbrazos.
Por cierto, me acabo de percatar que en el título de la entrada has puesto Palacio de la Alfarería.
ResponderEliminarOtro abrazo.
Hola Josep!! Mil gracias por la observación y sacarme de mi lapsus al poner el título.
EliminarBesos.
Gran trabajo el tuyo Conchi, cuánta magnificencia en estas construcciones y muy completo tu relato histórico, gracias, un abrazo!
ResponderEliminarGracias María Cristina por dejar tu huella.
EliminarBesos.
Precioso lugar donde el detalle has hecho ver con más precisión. Lo visité una vez con unas amigas y una de ellas de Zaragoza había vivido en este lugar con su padre militar y conocía todas las salas que de la mano de ella supimos mucho de la historia. La reforma y restauración ha sido muy grande, pues estaba muy deteriorado. Estuve otra vez en Zaragoza un día pero llegamos tarde por la mañana para haberlo visto y ya habían cerrado. Y por la tarde ya nos volvíamos a casa y no dió tiempo visitarlo. Un abrazo.
ResponderEliminarSiempre habrá otro momento en el que puedas volver a visitar esta joya Mamen. Gracias por venir.
EliminarBesos.
Este estilo arquitectónico es maravilloso, y es una pena que se pierdan a lo largo de la historia. Esplendido reportaje sobre este palacio que según la explicación y las fotografías, se puede observar su grandeza.
ResponderEliminarEstupendo poderlo visitar con alguien que pueda referir todos los detalles.
Un abrazo Conchi.
Hola Elda, si que es una pena que se pueda perder esta belleza ya que esta clase de construcciones ya no se realizan al menos en nuestro país.
EliminarUn abrazo.
Que maravilla, una gran entrada... y pensar que durante los 7 años que viví en Zaragoza no fui a verlo nunca, esto no tiene perdón.Besicos
ResponderEliminarA veces tenemos las maravillas a nuestro alcance y sin apercibirnos las dejamos pasar Charo, pero nunca es tarde para que la visites en cualquier escapada.
EliminarUn abrazo.
Qué impresionante construcción!
ResponderEliminarY qué información tan detallada y valiosa,muchas gracias por tu elaborado trabajo.
Besos.
Gracias a ti por venir a comentar Carmen y me alegra que te haya gustado.
EliminarAbrazos.
De visita por tu blog, y haciendo un tour por el palacio de la Aljafería... a tu salud. Saludos.
ResponderEliminarBienvenida a mi espacio Laura, espero que te haya gustado el tour.
EliminarSaluditos.
Gracias siempre por compartir,abrazos.
ResponderEliminarGracias a ti por pasar Fiaris.
EliminarBesos.
Es una verdadera gozada pasear de tu mano por estas joyas arquitéctonicas, además de didácticas. Muy de agradecer, te lo has currao y te lo valoro mucho, miarma.
ResponderEliminarMagnifico reportaje, mejor que un museo, ya que observo hasta el menor de los detalles y por el tiempo que quiera.
¡Gracias!
Besos.
Veo que te ha entusiasmado la visita Mari Carmen, gracias por comentar.
EliminarUn fuerte abrazo.
Qué maravilla de entrada, Conchi, mil gracias por compartirla.
ResponderEliminarMuchos besos
Hola Carmela!! Con vuestros comentarios me dais muchos ánimos para continuar publicando.
EliminarAbrazos mil.
Hace unos meses que estuve por allí. Es la segunda vez que lo visito.
ResponderEliminarBesos
Yo lo tengo pendiente Antonia, a ver cuando me puedo escapar.
EliminarBesos.
Conchi cuando la visite no hice muchas fotos ya que un guardia de seguridad dijo algo a la guía, quizás porque alguien las hacia con flash.
ResponderEliminarSaludos.
Suele pasar Tomás, en muchos sitios que nos vemos limitados por el asunto del flash y pagamos justos por pecadores como se suele decir.
ResponderEliminarSaluditos.
Es impresionante lo que nos enseñas.
ResponderEliminarUna maravilla, y admirable cada rincón.
Gracias, Conchi.
Mil besos
Hola Maite!! Sí que impresiona ¡Es muy hermoso todo! Gracias por venir.
EliminarBesos.
Es precioso. Conozco Zaragoza, pero este palacio no.... tengo que ir a verlo. Besitos.
ResponderEliminarYo he visitado tres veces Zaragoza y aún no lo he visto, quiero hacerlo pronto.
EliminarBesos.
Hace poco hice una publicación de este palacio, no tan completa y bien documentada como la tuya, pero guardando el buen recuerdo de mi visita en Zaragoza, es precioso.
ResponderEliminarUn abrazo.
Lo siento Mar-Pi, no sabia que tu ya habías hecho una entrada, seguro que fue en el tiempo que yo estuve inactiva. Gracias por pasar.
ResponderEliminarBesos.
Vi la entrada de MariPi, y ahora vuelvo a ver esta preciosidad de tu mano, Conchi, tan bien documentada como siempre, texto e imágenes.
ResponderEliminarTengo el gusto de conocer este lugar, lo visitamos con unos amigos de Zaragoza que nos guiaron para que no perdiéramos detalle. Ha sido un placer recordar ese momento.
Gracias, Conchi, por estos reportajes tan exhaustivos y completos que nos muestras.
Un beso,
Hola Tesa!! Me alegra que hayas recordado de nuevo esta maravilla y yo a la espera de poder visitarlo.
EliminarAbrazos.
Saludos Conchi
ResponderEliminarHola Albert, bienvenido a mi espacio.
EliminarSaluditos.
Qué maravilla Conchi. Es un auténtico lujo, qué preciosidad de detalles y cuánta historia vivida. Muchisimas gracias por compartirlo con nosotros. Besos :D
ResponderEliminarQuerida Margarita, estoy encantada de compartir con vosotros estas maravillas. Gracias por venir.
EliminarBesos.
Querida amiga! gracias por compartir estas esta magnifica fotos,
ResponderEliminarde un lugar tan maravilloso .
Un beso.
Hola Amparo! Para nada me importaría que fuéramos a visitarlo ¿Qué te parece?
EliminarAbrazos.
Un patrimonio oculto se esconde en Zaragoza más allá de la basílica del Pilar y de la Seo, y la Aljafería representa como nadie parte dle pasado musulmán de la ciudad. Recuerdo qué bien nos encontramos a la sombra de sus patios un día de verano, de pleno mes de julio, a 40 grados a la sombra...
ResponderEliminarUn beso
Hola Carmen! Mis recuerdos de Zaragoza son muy bonitos aunque no haya visitado este palacio. Que mejor lugar para soportar la calor que estos bello jardines.
EliminarAbrazos.
Hola Conchi, fantástica entrada. Has hecho un buen resume de lo que es el palacio y muy buenas imágenes, los detalles son espectaculares. Conchi, te conteste a tu correo no se si lo has visto.
ResponderEliminarBesos, y muchas gracias!
Hola Cristina!! Me alegra que te haya gustado la visita a este palacio. Ahora mismo paso a mirar el correo, disculpame pero es que no lo miro todos los días.
EliminarAbrazos.
Lo visité cuando fui con la Asociación Cultural en el viaje que organizamos el año de la Expo y me pareció que era maravilloso, me gustó mucho.
ResponderEliminarBesos
Querida Julia! Yo pensando en que hagamos una escapada para verlo, así que, tendrás que repetir.
ResponderEliminarAbrazos.
ME PASÉ POR TU BLOG , CONCHI , CUMPLIENDO LO QUE TE DIJE EN EL COMENTARIO-RESPUESTA , Y LEÍ Y VI TU ESCRITO SOBRE LA ALJAFERÍA DE ZARAGOZA.
ResponderEliminarOTRO ABRAZO Y ENHORABUENA POR LO QUE HE VISTO EN EL BLOG.
GUILLERMO
Bienvenido a mi espacio Guillermo, gracias por tu comentario.
ResponderEliminarUn abrazo.
DE NADA , CONCHI .
ResponderEliminarOTRO .
GUILLERMO
Hace años lo visité. Es una maravilla.
ResponderEliminarGracias por las imágenes que me han hecho recordar
Besos
Hola Arantxa!! Me alegra que mi entrada te haya hecho recordar.
ResponderEliminarUn abrazo.
Resultaría impresionante esa construcción en su momento de esplendor, pues conserva todavía una parte de él, según nos recuerdas muy acertadamente en el reportaje.
ResponderEliminarAbrazos.
Hola Ignacio! También yo me lo he imaginado en su época. Gracias por pasar.
EliminarBesos.
Madre mía cuanta belleza Conchi. Si las fotos impresionan, imagino lo que será estar ahí amiga.
ResponderEliminarEl reportaje es una maravilla. Has hecho unas fantásticas fotos, te has lucido con los detalles. Si vuelvo a Zaragoza lo iré a ver.
Me encanta .
Un abrazo
Querida Laura, primero de nada te digo que las fotos son bajadas de Internet, ya me gustaría que fueran mías!. Me alegra que te haya gustado.
EliminarBesos mil.
lo que daria por conocer lo que vos conoces pero para eso tendria que viajar desde aqui a tu tierra 12 horas de vuelo Prefiero venir y estar aqui con vos leyendote y mirando la gloria de lo que publicas
ResponderEliminarHola Mucha!! Te da miedo el avión? En persona siempre es mas hermoso. Yo encantada de que visites este palacio a través de mi espacio, mil gracias por venir.
EliminarLa verdad, Conchi, que es un placer viajar de tu mano. Si fuera personalmente por estos hermosos lugares, estoy segura que no disfrutaría más que leyéndote, ya que al no ver me sería lo mismo ir que no ir.
ResponderEliminarGracias por ello.
Abrazos con cariño.
Hola Piedad, tienes razón dentro de tu estado, pero también es una manera de pasear por el palacio Gracias por tu comentario.
EliminarAbrazos mil.
Cuántos recuerdos me ha traído esta entrada, Conchi...
ResponderEliminarEs una joya. La Torre de trovador, me enamoró, ya ves :)
Besos.
Me alegra haber traido hasta ti buenos recuerdos Verónica.
ResponderEliminarAbrazos.
A veces uno se queda sin palabras con tanta belleza por favor que espectacular !!, precioso, un beso desde mi brillo del mar
ResponderEliminarHola Beatriz! Gracias por dejar tu huella.
EliminarUn fuerte abrazo desde Barcelona.
Oi Conchi,
ResponderEliminarQue maravilha de lugar, rico em detalhes;
Bela partilha.
Obrigada pela sua presença lá na casa;
Tenhas uma boa entrada de mês de novembro.
PAZ E BEM.
Me agrada que os guste amigos. Gracias por vuestra visita.
ResponderEliminarFeliz domingo y abrazos.
Buen documental y narrativa. Conozco el Palacio y es una maravilla. Tuve la oportunidad de visitarlo cuando hice el camino del Cid.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola Kati, el camino del Cid debe de ser muy interesante, tomo nota a ver si pudiera realizarlo. Gracias por comentar.
EliminarBesos.
Después de ver tu magnífico reportaje he buscado un fragmento del poema A la Alfajería: "Nuestros pies huellan en su suelo seda cruda en lugar de ladrillos cocidos y polvo.
ResponderEliminarSuelo cuya belleza de brocado fino se extiende resplandeciente, como un vergel ameno".
Un beso.
Gracias por traer este fragmento Ana Mª, es precioso.
EliminarFeliz lunes y besos.
Sin duda es una delicia contemplar este reportaje,
ResponderEliminargracias Conchi.
No sé si te acuerdas de mí, hace mucho te di un premio
por un relato tuyo.
Un besote y me alegra volver a tu blog.
¡Hola Javier! O debería decir Cielo? Bienvenido de nuevo! Naturalmente que me acuerdo de ti, si miras a la derecha de mi blog veras que tengo el premio puesto. ¡Nos leemos de nuevo!.
ResponderEliminarUn abrazo.
Un exhaustivo y bello reportaje, sobre este palacio del que tomo nota, para una próxima visita.
ResponderEliminarUn beso, Conchi.
Gracias Manuel por pasar a comentar, espero que lo visites pronto.
EliminarUn abrazo.
El edificio es una maravilla. Es que no sabe uno dónde mirar o con qué quedarse, porque mires donde mires te quedas extasiado. Es una pena que hayan pasado tantos años desde mi última visita a Zaragoza. Va siendo hora de volver.
ResponderEliminarPues sí Tawaki y cuando vuelvas de visitarlo nos enseñarás a fotos.
ResponderEliminarSaluditos.
Gracias por tu cariño y compañía en días tristes en nuestra familia .
ResponderEliminarESPERO PODER LEVANTAR CABEZA ,NI GANAS DE ESCRIBIR ,ES TRERRIBLE ...
BESOS CON CARIÑO.
Mucho ánimo reina, aún es muy reciente.
EliminarAbrazos mil.
Cuanta belleza, Conchi.
ResponderEliminarMe ha encantado pasear contigo y que en todo el recorrido me fueras enseñando con todos los detalles y referencias que nos has dejado. Ha sido maravilloso.
Un beso.
Bienvenida a mi espacio Irene!! Me alegra que te haya gustado el paseo.
EliminarUn abrazo.
Hola querida amiga. Gracias por visitar mi blog.
ResponderEliminarMe alegra encontrarte de nuevo, siempre con tus publicaciones maravillosas y enriquecedoras. Lugares soñados que me gustaría visitar.
Un abrazo grande.
Hola Luján, para mi es un lujo visitarte y en esta ocasión pude hacer comentario porque veo que a veces los tienes cerrados.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo querida amiga.
Conchi y por tus venas arquitectura bonitas catedrales .Un abrazo sigue así que son preciosas
ResponderEliminarGracias Maudilio, si que es una preciosidad.
ResponderEliminarSaluditos.
Ciao ! Che meraviglia questo edificio !! Mi piacerebbe riuscire a visitarlo. Saluti.
ResponderEliminarHola Mirtillo!! Bienvenida a mi espacio y gracias por tu visita.
ResponderEliminarSaluditos.
¡¡Qué maravilla!! De admirar el trabajo que hay en todo el edificio y cómo no la gran hermosura. Precioso reportaje.
ResponderEliminarUn beso
Gracias por dejar tu huella en m i espacio Nena. Feliz fin de semana.
ResponderEliminarBesos.
Como nos ilustras con tan bella arquitectura, unas imágenes que nos transportan a los lugares que visitas, es como viajar de tu mano en este espacio-tiempo y la verdad es que lo disfruto muchísimo.
ResponderEliminarBesitos!!
Hola Rosana, siempre es mi intención que os gusten los paseos por estos sitios tan hermosos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Precisas fotos y comentarios,es una asignatura pendiente,mira que voy mucho a Zaragoza y nunca fui..
ResponderEliminarsaludos
Preciosas fotos y precioso el palacio, que te voy a decir yo que soy aragonesa.Yo también me quedo por tu blog, nos seguiremos leyendo. Un beso
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